Hay un viejo refrán español que se me ha hatido mucho en la cabeza últimamente: ojos que no ven, corazón que no siente. El equivalente del refrán en inglés sería: "out of sight, out of mind". En cualquiera de los dos idiomas, la cuestión es en gran medida la misma: cuando no vemos algo con regularidad, tendemos a olvidarnos de ello o, lo que es peor, a perder nuestra conexión emocional con ello.
Por desgracia, esto es precisamente lo que ha ocurrido en los últimos meses con la crisis de los menores no acompañados en Estados Unidos. El año pasado, en el momento álgido de la crisis, las redes sociales, los periódicos y los telediarios se llenaron de debates sobre el destino de los miles de niños latinoamericanos que llegaban a la frontera estadounidense con México en busca de seguridad. Muchos grupos, entre ellos Hispanic Federation, comprendieron la necesidad de dar una respuesta contundente a esta crisis humanitaria. Como era de esperar, algunos miembros del Congreso y otros detractores de la reforma de la inmigración aprovecharon la crisis para pedir que se reforzara aún más la vigilancia en la frontera y las deportaciones.
Sin embargo, en los meses transcurridos ha ocurrido algo igualmente terrible. Nos hemos olvidado de los niños, los que llegan a la frontera sin sus padres y a menudo tras sufrir abusos inimaginables. Las cámaras de los telediarios y los expertos han centrado su atención en otros asuntos y el Congreso, que ya tiene un historial poco estelar en cuestiones de inmigración, ha pasado de despotricar contra ellos a ignorarlos.
Aunque la atención mediática ha disminuido, los niños siguen aquí, miles de ellos, y necesitan nuestra ayuda. En Hispanic Federation seguimos comprometidos a garantizar que tengan acceso a los recursos que necesitan.
Aunque muchos de nuestros organismos miembros han prestado servicios sanitarios y educativos integrales, queremos dar un paso más para garantizar que estos niños se sientan acogidos y cómodos en su nuevo hogar. Para ello, recientemente hemos coorganizado un acto especial para menores no acompañados de entre 13 y 17 años con el legendario club de fútbol Cosmos de Nueva York. Muchos de nuestros menores no acompañados viven en la zona de Long Island y se reunieron con nosotros en el campo de entrenamiento del Cosmos en el Mitchel Athletic Complex. Las estrellas del Cosmos Andrés Flores, Samuel Cáceres y Gastón Cellerino hablaron de sus propias experiencias de inmigración a los Estados Unidos, y a partir de ahí los entrenadores dirigieron una clínica con los adolescentes que incluyó partidos de escaramuza y la oportunidad de hablar informalmente con los jugadores. Este es el primero de una serie de "encuentros sociales" que Hispanic Federation organizará para estos niños en la zona de Nueva York. Estos eventos son una oportunidad para que los jóvenes que han pasado por muchas dificultades a una edad temprana vuelvan a ser niños, y lo hagan con otros que han tenido experiencias similares a las suyas.
Por supuesto, las actividades sociales por sí solas no bastan para ayudar a los niños que carecen de la orientación y el apoyo necesarios de los adultos, que pueden marcar una verdadera diferencia en sus vidas. Estos niños necesitan asistencia jurídica, servicios de salud mental y vivienda. Estoy orgulloso de que los organismos miembros de Hispanic Federation hayan echado una mano a estos niños. Seguiremos trabajando con ellos para concienciar sobre esta crisis continua, incluso cuando las cámaras se hayan apagado. Mientras tanto, nuestros corazones si sienten.
