25 de enero de 2018 (Nueva York, NY) - El presidente de la Federación Hispana, José Calderón, emitió la siguiente declaración sobre el Plan de Inmigración de la Casa Blanca.
Después de más de un año de afirmar que no tenían problemas con la inmigración legal, sólo con la "ilegal", el dique de negaciones procedentes de esta administración finalmente estalló cuando el Presidente y sus cómplices en el Congreso han propuesto un amplio conjunto de propuestas de "reforma" que establece claramente que su objetivo final es restringir severamente la inmigración legal a nuestro país - especialmente de las naciones de América Latina y África.
La Federación Hispana y su red de agencias miembros se oponen enérgicamente a este plan y trabajarán con aliados en el Congreso y en la comunidad de derechos civiles para oponerse a estas propuestas en todo momento.
Estamos especialmente consternados por el hecho de que el presidente Trump haya decidido cruelmente utilizar el estatus de los jóvenes inmigrantes protegidos por la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) como moneda de cambio para asegurar cambios en nuestras leyes de inmigración que son logística, económica y moralmente insensatos. Los beneficiarios de DACA merecen permanecer en este país porque es su país. Su estatus no debe estar condicionado a la aprobación de un plan que pondrá aún más en peligro las vidas de los inmigrantes que cruzan la frontera, penalizará a los inmigrantes de países pobres y mantendrá separadas a las familias.
Es increíble que una administración que se enorgullece de hacer grande a Estados Unidos esté embarcada en una campaña cruel e implacable para deshacer una de las cosas verdaderamente grandes de Estados Unidos: nuestro papel como faro para los inmigrantes del mundo; sin importar su procedencia, religión, educación o habilidades.
La Federación Hispana lleva mucho tiempo pidiendo reformas progresistas de inmigración que honren nuestra historia de inclusión y nuestra orgullosa tradición de servir de puerto seguro a quienes huyen de la persecución, la violencia y la opresión económica. El plan propuesto por la Casa Blanca no honra a Estados Unidos y debe ser rechazado por todos los estadounidenses de buena conciencia.
